Gris

Grises cobalto, amodorrados. Polizones negros, amontonados.  Grises platinos y grises marengos. Y entonces, tú, brillante, núcleo duro en un vientre que no se deshace, ni pide remilgos más que el grito ahogado, que trepa gargantas y para el llanto.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s